Gracias a las inscripciones funerarias y a las fuentes escritas, se conoce la existencia de numerosas mujeres que se dedicaban a la medicina en la Antigüedad. Eran mujeres que aprendían el oficio junto a un médico (que podía ser su padre) o a una mujer que, por tradición, transfería sus conocimientos a sus discípulas. Estas médicas dedicaban sus esfuerzos al cuidado de las mujeres, sobre todo al tratamiento de embarazos, partos y enfermedades sexuales.
Entre esas mujeres hemos escogido a Scribonia Attice, casada con el cirujano Marcvs Vlpivs Amerimnvs y enterrada en el panteón familiar de la Isola Sacra de Ostia. Fue una ginecóloga muy apreciada en la ciudad, y probablemente tenía consulta a pie de calle para poder atender a todas las mujeres que requerían sus servicios.