La excavación de la necrópolis fue un hito para la ciudad y para muchas personas que dejaron su nombre escrito en la historia de la arqueología local, como su principal impulsor, mosén Serra i Vilaró, o el cardenal Vidal i Barraquer.
No obstante, hubo también otros muchos personajes, anónimos, que vivieron en primera persona todo ese proceso y que tienen una crónica que la mayoría desconocemos. Ramón, un inmigrante que había llegado a Tarragona para ganarse la vida y sobrevivir a una época complicada de la historia, acabó vinculado a la necrópolis. Sin esperarlo ni buscarlo, descubrió un mundo que desde siempre le había gustado pero del que, hasta entonces, no había podido disfrutar nunca.