Siempre he pensado que hay que perseguir los sueños hasta la muerte. Es cierto que no he tenido una infancia nada fácil, y esta circunstancia ha provocado que mi carácter no siempre sea aceptado por todo el mundo. Ahora bien, supongo que también me ha ayudado a centrarme en la búsqueda del conocimiento. He logrado saber hablar más de ocho idiomas, lo que me ha permitido reunir una gran fortuna.
Sin duda, la gente de mi alrededor no veía nada muy claro en qué iba a destinar gran parte de este dinero, pero soy de convicciones fuertes, supongo. Dentro de uno de los poemas épicos más importantes de la antigua Grecia, creo haber encontrado la clave para el que puede ser el hallazgo arqueológico más importante de mi vida y uno de los más importantes de la historia.